Repensar las Fuentes de Energía y la Sostenibilidad
Por Agustín Lohigorry
La adopción de combustibles fósiles como nuestra principal fuente de energía primaria a nivel mundial es una de las consecuencias primordiales de la Revolución Industrial.
El crecimiento en el sistema económico resultante está configurado por la satisfacción inmediata y el confort, con la consecuente exigencia del consumo indiscriminado de recursos; y, energéticamente, apoyándose en la fósildependencia. A pesar de esto, desde hace un tiempo que vivimos cierto “despertar de conciencia”, con fuerte evidencia científica, y fáctica en muchos casos, sobre el impacto social y ambiental de este modelo productivo, especialmente vivenciados en la crisis climática actual. Se prevé que para el 2050, más del 70% de las personas del mundo vivirán en grandes ciudades. Esta tendencia al crecimiento demográfico y a la concentración de la población en centros urbanos, nos lleva a pensar desde ahora a partir de una perspectiva que contemple los aspectos ambientales y sociales, creando espacios de formación e incidencia, apelando al consumo racional en general, y la eficiencia energética en particular, ampliando la llegada a fuentes de energía renovable, tanto a nivel tecnológico como normativo, y asegurando el acceso a la energía, es decir, facilitando cuando corresponda la tarifa social.
