El mundo discute la renta básica

El mundo discute la renta básica

Por Victor Liste
En la actualidad la sociedad se organiza y se estructura a partir de un paradigma naturalizado: los ciudadanos deben trabajar para obtener el dinero que les permite sobrevivir. ¿Cómo te vas a “ganar” la vida? es la pregunta que estamos forzados a responder cuando terminamos los estudios, mientras quedan en segundo plano preguntas como ¿Qué te apasiona?, ¿Cómo te gustaría contribuir a la sociedad?. Si no conseguimos un trabajo remunerado nos convertimos automáticamente en “ciudadanos de segunda”.
Los avances tecnológicos son consecuencia de siglos de evolución, constituyen una herencia “difusa” de la humanidad. Sin embargo, sólo una minoría es propietaria de la tecnología: no constituye un bien colectivo. Es una paradoja que el mundo nunca haya sido tan rico como ahora, pero no se pueda erradicar la pobreza. Aumenta la producción pero empeora la distribución. Según Oxfam, el 1% más rico ya posee más bienes que el 99% restante. 
Quienes viven en condiciones de vulnerabilidad viven con un alto nivel de incertidumbre, se enferman más, son menos productivos, toman peores decisiones, cometen más delitos. La gente toma malas decisiones cuando su principal preocupación es saber si sus hijos van a comer al día siguiente. Rutger Bregman, historiador danés, nos muestra con amplia evidencia, en su libro “Utopía para realistas”, que la pobreza se debe a la falta de ingresos, si estos aumentan, inmediatamente mejoran los indicadores sociales y toda la sociedad se beneficia.
A pesar de que en la actualidad escasea el trabajo remunerado, no escasea el trabajo en sí. Es suficiente con entrar en un barrio carenciado para ver niños  y niñas sin contención y muchísimo trabajo por hacer. Ocuparse de ese problema trae enormes beneficios no sólo humanitarios, sino también económicos, sin embargo, nuestro sistema no permite ocuparnos de cuestiones beneficiosas para todos desde el punto de vida humano e incluso comercial y fuerza a las personas a emplearse para generar ingresos para una minoría, o incluso para realizar tareas que no contribuyen al bien común.
Esto nos lleva a la cuestión ambiental. La tecnología aumenta la productividad y hoy  podemos producir lo mismo con menos mano de obra. La solución elegida es generar más necesidades y producir más. para mantener el empleo. Es necesario virar hacia el consumo racional pero esto tiene un gran impacto en el empleo. 
Los efectos económicos, sociales y ambientales de este modelo, nos llevan a pensar en mecanismos disruptivos para transformarlo. Un ejemplo es la renta básica, un ingreso que se propone incondicionalmente para todos los ciudadanos, suficiente para cubrir las necesidades básicas. En este marco, quienes quieran adquirir otras cosas, deberán conseguir un trabajo remunerado para incrementar sus ingresos, mientras siguen cobrando la renta básica. ¿Es la renta básica una solución posible? ¿Permitirá que la gente se reoriente a empleos con sentido, como ser el cuidado de los otros?  
Las pruebas realizadas en lugares tan diversos como Canadá e India tuvieron resultados alentadores. La renta básica permitió, por ejemplo, el surgimiento de numerosos microemprendimientos.  Otros testeos están en marcha, como los de Finlandia o Kenia. 
Para que esta política frene el crecimiento de la desigualdad, debería financiarse en parte con impuestos progresivos a las rentas extraordinarias originadas por el avance tecnológico. Otra parte del financiamiento surgiría del reemplazo de subsidios condicionados existentes y del ahorro burocrático que implica la simpleza de un subsidio realmente universal.
Diversos estudios, como el del economista Daniel Raventós en España, muestran que es financiable. El tiempo dirá si esta política económica es beneficiosa o no, o de qué manera puede implementarse mejor. Más allá de sus efectos, es un caso que permite pensar en enfoques innovadores para transformar un escenario inédito: un contexto tecnológico sin precedentes, con un nivel de desigualdad abrumador y efectos ambientales irreversibles.
Para saber más:  ingresociudadano.com.ar